Complicaciones tras una cirugía de tiroides: cómo identificarlas y qué hacer
- Andrés García
- 2 abr
- 2 Min. de lectura
La cirugía de tiroides es un procedimiento común para tratar afecciones como nódulos, bocio o cáncer tiroideo. Aunque suele ser una intervención segura, una de las principales preocupaciones de los pacientes es la cicatriz que queda en el cuello tras la operación. Afortunadamente, con los cuidados adecuados, es posible mejorar su apariencia y favorecer una cicatrización saludable.

¿Cómo es la cicatriz de una cirugía de tiroides?
La cicatriz suele ubicarse en la parte frontal del cuello, justo sobre la línea de las clavículas. Su tamaño varía según el tipo de procedimiento, pero generalmente mide entre 3 y 6 cm. Al principio, la cicatriz puede lucir roja o inflamada, pero con el tiempo tiende a desvanecerse.
Cuidados esenciales para la cicatriz postoperatoria
Para una correcta cicatrización, sigue estas recomendaciones:
Mantener la herida limpia y seca: Durante los primeros días, evita mojar la zona y sigue las indicaciones de tu médico respecto a la higiene.
Evitar la exposición al sol: La radiación solar puede oscurecer la cicatriz. Usa protector solar con FPS 50+ o cubre la zona con un pañuelo.
Aplicar cremas cicatrizantes: Productos con áloe vera, rosa mosqueta o centella asiática pueden ayudar a regenerar la piel.
Masajes en la zona: Una vez que la herida esté cerrada, los masajes suaves con aceite o crema hidratante pueden mejorar la elasticidad de la piel.
Evitar movimientos bruscos: Durante las primeras semanas, trata de no forzar el cuello para evitar tensión en la cicatriz.
Tratamientos para mejorar la apariencia de la cicatriz
Si con el tiempo la cicatriz sigue siendo muy visible, existen tratamientos para mejorar su apariencia:
Láser dermatológico: Reduce la pigmentación y mejora la textura de la piel.
Microneedling: Estimula la producción de colágeno para suavizar la cicatriz.
Parches de silicona: Ayudan a reducir la inflamación y mejorar la cicatrización.
Inyecciones de corticoides: Indicadas para cicatrices hipertróficas o queloides.
Cuidar la cicatriz después de una cirugía de tiroides es clave para mejorar su apariencia y prevenir complicaciones. Con los cuidados adecuados y, si es necesario, tratamientos dermatológicos, la cicatriz puede volverse poco visible con el tiempo. Consulta con tu médico para obtener las mejores recomendaciones según tu tipo de piel y proceso de recuperación.
Si te has sometido a una cirugía de tiroides y quieres mejorar la apariencia de tu cicatriz, sigue estos consejos y consulta a un especialista en caso de dudas.